martes, 19 de abril de 2011

Estirarse es una necesidad

Todavía la mayoría de los médicos siguen pensando que cuando aparece una dolencia
o deformidad es por causa de una debilidad muscular y proponen solucionarlas a base
de ejercicio y de fortalecimiento muscular. Y paradójicamente esta debilidad muscular es
debida a un exceso de tono muscular, acortamiento y rigidez. Por lo tanto es una
patología de exceso y no de carencia, por lo que es fundamental conocer como funciona
nuestro cuerpo en la dualidad muscular estática-dinámica.
Tenemos en el cuerpo dos tipos de músculos:


tipo estático y deben permanecer en un estado constante de “tensión”. Son también
los que frenan e inician los movimientos. Se relajan con dificultad y su fisiopatología
(su forma de reaccionar y evolucionar) es la hipertonía (aumento del tono), la rigidez y
el acortamiento. En consecuencia esta musculatura pierde fuerza muscular activa
(pierde eficacia) por un exceso de tono: como las gomas de un tirachinas o la cuerda de
un arco, que si son demasiado rígidas serán mucho menos eficaces a la hora de cumplir
con su misión de lanzamiento.

Tanto para prevenir como para corregir esta hipertonía de los estáticos, debemos
comenzar por saber corregir la rigidez o acortamiento causal que lo podemos
constatar todos los días ante una postura incorrecta sentada o de pie en el trabajo,
que son en general consecuencia de un desarrollo deficiente en nuestra niñez y
adolescencia. Es una de las consecuencias de la evolución del hombre en esta
sociedad más preocupada de la comodidad que de mantener nuestros reflejos y
actitudes posturales instintivas como tienen todos los animales. Si además añadimos
una actividad deportiva simplemente aumentamos el problema de hipertonicidad que
ya teníamos.

 A esto también debemos añadir la acción de la fuerza de la gravedad, es
decir la actividad tónica de debemos realizar para sostenernos tanto de pie como
sentados, puede hacer también sufrir a las articulaciones y los discos intervertebrales,
que pueden encontrarse en un estado excesivo de “compresión”*.

Todo desplazamiento de las masas de los diferentes segmentos
del cuerpo provocan al alejarse de la línea de gravedad una
autoaplastamiento, con un aumento del tono muscular.


Los músculos estáticos, que son los que se agrupan en las cadenas musculares
citadas anteriormente, tienen por lo tanto más necesidad de estiramiento que de
potenciación y este exceso es el que nos indica la idoneidad de practicar las técnicas de
estiramiento, que nos van a permitir preparar mejor la musculatura, recuperar el tono
adecuado y eliminar las tensiones innecesarias.

Utilizando los estiramientos globales se devuelve la longitud al músculo estático y al
tejido conjuntivo, recuperando la flexibilidad y la eficacia muscular y articular.
Los músculos dinámicos se encargan de realizar los movimientos corporales. Su
tendencia es la relajación y la hipotonía (flacidez). Estos sí que necesitan ser
fortalecidos con ejercicios de potenciación. Pero son mucho menos numerosos en el
aparato locomotor que los estáticos, y además unos y otros se complementan y no
actúan aisladamente. El error típico suele ser que por querer mejorar a unos (los
dinámicos), empeoramos a otros (los estáticos). Por ejemplo: los abdominales son
dinámicos y necesitan ser trabajados con contracciones concéntricas, pero en muchas
ocasiones los ejercicios elegidos para fortalecerlos perjudican a otros grupos de tipo
estático: psoas, musculatura anterior del cuello, paravertebrales...

Es por tanto que la mayoría de las actividades de la vida cotidiana, el trabajo, el stress,
el deporte, el sedentarismo, etc... van en dirección de crear una patología de stress
tónico, por lo que necesitamos de un tiempo, un espacio y un método para reparar todos
estos inconvenientes.

En este sentido la filosofía de la RPG nos enseña a respetar esa bipolaridad (estáticos /
dinámicos) y en las posturas de SGA se trabaja tanto con unos como con otros,
teniendo en cuenta que necesitan una reeducación diferente.
El objetivo es restablecer la elasticidad y flexibilidad a todos los segmentos del cuerpo, a
la vez que integramos en nuestro sistema postural una actitud postural justa.

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